miércoles, 26 de octubre de 2016

#74 - Asumo el compromiso de tratar de llevarlas a todos los lugares donde pueda

Juan Francisco Sarady
Avellaneda, Buenos Aires.



¿Qué te acercó a la música?
Las ganas de conocerme a mí mismo y de vincularme con los demás, de encontrar un lugar para todos esos sentimientos y emociones que no podía expresar solo en palabras.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Cuando era adolescente teníamos una banda de rock de barrio en la que componíamos temas, nos juntábamos y dábamos lugar a todo eso que queríamos decir.

¿Tenés una metodología de composición y trabajo?
Creo que todos la tenemos, más organizada o caótica, más estructurada o menos. La mía, al menos, consiste en darle rienda suelta a ideas y divagues; tomo nota, acopio y utilizo la memoria para interpretar y reinterpretar las señales que se presentan en el cotidiano si es que uno está atento. Las voy anotando como ideas sueltas y luego las trabajo, trato de correrme del lugar inicial en el que me encontraba cuando se presentó el motivo y desarrollo en el mismo visiones desde diferentes focos.

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
La interpretación, sin lugar a dudas, el momento de entregarlo todo, en el que no hay mentiras, simplemente es. En mi opinión, no hay como la música en vivo.

¿De qué hablan tus canciones?
Fatos existenciales con una pizca de amor y melancolía. Personajes típicos, postales barriales y corporales, momentos ícono de mi vida o la de algún personaje que elijo para contar.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
Simplemente que sean, asumo el compromiso de tratar de llevarlas a todos los lugares donde pueda. El solo hecho de exteriorizarlas ya completa, en mi opinión, el proceso creativo.

¿Cuándo empezaste tu camino solista y por qué?
No me considero un músico solista, por más que a veces toque solo y trabaje con ese dúo de voz y acompañamiento que uno tiene con uno mismo. Elijo compartir con músicos, pero sobre todo con amigos. Creo que eso completa de alguna manera la interpretación a través del aporte invaluable de los cercanos.

¿Cómo ves la escena musical?
No puedo abarcar la visión total de la escena, obviamente. Hablando de mi entorno, veo muchas propuestas interesantes que están en constante cambio y desarrollo, y eso habla de una necesidad imperiosa de expresar nuevas situaciones, nuevas vivencias que están atravesadas por la modernidad.

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentado?
Con los que, como yo, día a día, asumen y abrazan el compromiso de la música y de la expresión, el oficio en sí mismo. En mi opinión, son los artistas callejeros independientes, que eligen ese paradigma como forma de vida, que se hacen cargo de que cuentan con esta herramienta, con la que pueden interpretar y deconstruir a través del arte al hombre moderno. Esta expresión que hace que uno tenga por unos minutos la atención, el respeto y el silencio del espectador.

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
Creo que hay una identidad común entre los artistas contemporáneos, de mi entorno y no tanto, y que muchas veces es complementaria y otras veces opuesta en los medios que uno elige para producir y expresar, su estética y los objetivos que persigue.  

¿Un disco?
Abra, Andrés Deus.

¿Una canción?
“Tango Tiempo”, Matías Fain.

¿Una frase?
“Se atrapan más moscas con una cucharada de miel que con una de vinagre”.

¿Un espacio?
Mi rancho.

¿Con quién continúa la serie?
Matías Fain →

EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: “RAMALLO”

miércoles, 19 de octubre de 2016

#73 - Oigo la voz que canta

Andrés Deus
Dolores, Soriano - Uruguay.



¿Qué te acercó a la música?
Una murga que se formó en el barrio cuando tenía nueve años.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Mis primeras incursiones fueron cantando con la escoba como micrófono en mi casa, para mi mamá.

¿Tenés una metodología de composición y trabajo? 
A veces sí y a veces no. A veces baja una música y le voy agregando letra, y otras veces al revés.

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
Cuando la canción baja entera. Fluida. Y cuando la mostrás y te demuestran que gusta lo que hiciste.

¿De qué hablan tus canciones?
De amor y desamor. De la tierra y de nosotros con nuestros abusos hacia ella. De gente que me inspira a escribir y componer.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
Que las conozcan cada vez más personas.

¿Cuándo empezaste tu camino solista y por qué?
En el año 2004. Me compré una guitarra y como cantaba, empecé a preguntar a amigos cómo se hacían los acordes y de a poco empezaron a salir las canciones.

¿Cómo ves la escena musical?
Acá en Uruguay, desigual, pero con espacios para tod@s. Desigual en el sentido que los más famosos son los que tienen mayor acceso a los medios de prensa, sobre todo televisión.

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentado?
Con Fernando Cabrera, Gustavo Pena EL PRINCIPE y Mateo.

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
Sí, fluye una fusión de ritmos locales con otros no locales: el tango, candombe, zamba, pop, rock.

¿Un disco?
Entre el Nylon y el acero, Damián Cacialli.

¿Una canción?
“La casa de al lado”, Cabrera.

¿Una frase?
“Voz, oigo la voz que canta, que dice. La voz hace vibrar a todo el que habita este sur”, de mi canción “Luz”, disco Abra.

¿Un espacio?
Casa de Menesteres, Montevideo.

¿Con quién continúa la serie?
Juan Francisco Saradi  

EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: "ABRA"

miércoles, 5 de octubre de 2016

#72 - Si sabes de gente de Sudamérica pasando por Río, por favor, pasa mi contacto

Arthus Fochi
Río de Janeiro, Brasil.





¿Qué te acercó a la música?
Desde cuándo, no sé, muy temprano escuché mi abuelo tocando (amadoramente) guitarra, violín, pandeiro, y madre tocando el acordeón, ella también siempre dejaba la guitarra afinada en un rincón de la sala, me gustaba jugar. Mi abuelo tenía historias de niñez de un barrio donde vivió, Vila Isabel, barrio donde nació un clásico del Samba brasileiro: Noel Rosa. Según mi abuelo, él iba a la casa de Noel con su tío... Bueno, imagínate, principio de los años treinta, era como si fuera un pueblito, todos se conocían...

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Me acuerdo de escuchar João Nogueira, bossa nova y sambas, cuando bien chico, por influencia de mis padres. Después, cuando ya empecé a tocar guitarra, en la escuela armé um grupo de "pagode", y adelante, en la adolescencia, me gustaba el punk rock y el hardcore, un tremendo cambio, me gustaba las letras más políticas. Era una época buena, la gente se conocía y andaba más en grupo, ¿no? 

¿Tenés una metodología de composición y trabajo? 
No, a veces me sale rápido un tema, digo, canción. A veces sale todo junto, a veces viene la melodía, siento la narrativa que me sugiere, así, como la armonía, y de a poco se construye la historieta. Digo "a veces", muchas veces, porque en parcería es muy distinto; por ejemplo, tengo como veinte canciones con la poeta Liv Largeblad, una grande amiga, con ella hago un acorde, viene una rama de melodía, después otro acorde, y cada uno mete una frase y la cosa se va. A veces dos temas, tres en un encuentro. No hay método cuando son muchos.

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
Es cuando estoy sobrio y me siento bolado. Cuando componer me calma.

¿De qué hablan tus canciones?
No soy de hablar mucho de amor, o por lo menos no hablo tanto de temas más comunes en canción, soledad y etc... Intento construir letras con metáforas que puedan llegar a cada uno que escucha de manera diferente. Hay temas más directos y otros no tanto. Por ejemplo, mi nuevo disco, Suvaco do Mundo, pasa por temas distintos, como política, familia, observación del cuotidiano de la ciudad, y otros... Acá envío el link para una previa: https://arthusfochi.bandcamp.com/album/suvaco-do-mundo-2016

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
No espero nada, componer es un canal del mundo con él mismo. Espejo.

¿Cuándo empezaste tu camino solista y por qué?
Cuando percibí que mi trabajo en grupo no andaba parejo con la cantidad de composiciones que tenía, o sea, no podía tocar todo. Y aparte de eso, percibí un camino estético distinto, al cual me gustaba la idea de dirigir y producir solo.

¿Cómo ves la escena musical?
¿De dónde? ¿De Sudamérica en general? Viajando por Sudamérica desde 2007 veo mucha gente creando, promocionando. Hoy día, con la internet y con la facilidad de grabar, se nota un creciente de producción, pero las grandes midias, radio y todo más, no promocionan eso. La música independiente tiene su lugar en internet y hay diferencias de producción gritantes. A veces alguien sale del agujero, viraliza, alguien lo contracta… Pero bueno, es una cuestión muy larga, sería toda una tesis, jajaja. Creo que la carrera hoy depende de una inversión de tiempo y plata en producción y divulgación, en contactar gente, parcerias, hacer un buen lobby, que para muchos es difícil y hasta "feo" pero necesario si no tenés mucha plata para invertir, o esperar que el destino te reserve algo. Aparte de eso, la gente se identifica con un estilo, arma grupos, eventos. Hay una escena callejera, acá en Brasil, una escena más acústica, una escena más electrónica, una fusión, jazz, hay de todo. Es lindo, muy movido. Pero todos peleando por un espacio y para sostenerse en el cuotidiano. La juventud se une poco para lograr derechos, tocan por poca plata, por callampa.

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentado?
La mayoría de mis amigos músicos empezó tocando en los mismos bares, lugares, la escena independiente local que mueve la noche sin saber, de a poco la amistad, y ahora están todos grabando discos, tocando en los conciertos del otro. Es una familia bonita y soy optimista. Muchos estudiaron en la misma facultad que yo, UNIRIO. Echa una mirada, te puedo dar algunos nombres, la barra del sello Porangareté, como Posada, Julia Vargas, Ivo Vargas, Claos Mózi, Chico Chico, Marcos Padilha, João Montuano, Daíra Sabóia, etc... Otros encuentros de la vida, como el Negro Leo, Qinho, Paulo Beto, Andréia Mota, Haiku, Casa Verde, Na sala do Sino, Juliano Camara, Ayran Nicodemo, entre otros. Tengo como influencia mis amigos uruguayos del Cuarteto Ricacosa, el Andrés Deus, el Fabrizio Breventano... En Chile también, muchos hermanos del cuarteto de paso, mi hermana madre Tita Parra, con quien desarrollo un sello de música sudamericana (Cantores del Mundo), gente con que he aprendido más que música. Y hablando de “emparentado”, no puedo dejar de decir de los SENDEIROS -grupo que hace ocho años empecé con Thaysa Sales y ahora remamos con Marcelo Oiticica- y de mi “primo”, “hermano”, “vecino de pared”, pianista y productor musical, Guilherme Marques, es un tipo que tiene veintiocho años, que ya ha participado de más de treinta discos y ahora estamos desarrollando juntos mi trabajo solo. Muchas afinidades y um montón de sueños. 

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
Acá en Rio de Janeiro hay de todo, como te dije, está el grupo más cercano de la bossa nova, del jazz, el grupo más cercano del chorinho, de la música electrónica, del forró, del samba, del folclore brasileiro...  Nosotros mezclamos  ritmos e influencias, el Guilherme dice que es World Music. Cada uno compone a partir de su historia, ¿no? La mía es más basada en los ritmos de Sudamérica.

¿Un disco?
Hóspede da Natureza, Catia de França, disco producido por Rodrigo García, y que tuve el placer de grabar en uno de los temas un arreglo de guitarras.

¿Una canción?
“De riso e rosa”, Claos Mózi.

¿Una frase?
Para hoy sería: “As coisas não precisam de você”.

¿Un espacio?
La Peña Cultural Auá, que desarrollo en mi casa. Si sabes de gente de Sudamérica pasando por Río, por favor, pasa mi contacto. Acá promocionamos eventos de música folclore o autoral que tenga raíces en este continente (https://vimeo.com/penaculturalaua).

¿Con quién continúa la serie?
Andrés Deus →


EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: “A câmera
    Video: Arthus Fochi y Germano Weiss.